Don Giovanni en Santander

Don Giovanni en Santander
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Revive el mito de Don Juan con Don Giovanni de W. A. Mozart. Don Giovanni en Santander, el 28 y 29 de octubre (19:30H) llega la ópera de W. A. Mozart al Palacio de Festivales de Cantabria de Santander.

Una oportunidad única para disfrutar de uno de los títulos más emblemáticos de la lírica, de la mano de la Fundación Ópera Catalunya y el Palacio de Festivales de Cantabria.

Entradas para Don Giovanni

Acto I

La acción en Sevilla, siglo XVIII

Es de noche. Leporello, criado de Don Giovanni, está esperando a su amo ante la puerta de un palacio, mientras manifiesta su enfado por el tipo de vida que lleva, Notte e giorno faticar. De repente aparece Don Giovanni seguido por Donna Anna, furiosa, que quiere saber quién es, Non sperar se non me uccidi. Llega el Commendatore, padre de la chica, que desafía al libertino a un duelo. Luchan y el viejo cae muerto. Don Giovanni huye.

Donna Anna, que había entrado en casa, regresa con su prometido, Don Ottavio, para ayudar al padre, Ma qual mai s’offre. Encuentran el cuerpo sin vida del Commendatore y Donna Anna, desesperada, hace jurar a Don Ottavio que vengará este crimen, Fuggi, crudele.

En un lugar cercano aparece Donna Elvira, buscando a un hombre que le ha sido infiel, Ah, chi mi dice mai. Este hombre no es otro que Don Giovanni, que la siente y, sin reconocerla, le ofrece sus servicios. Cuando ve quién es, huye, dejando a Leporello como encargado de dar explicaciones a la dama. El criado la humilla recitándole la lista de conquistas del dueño, Madamina, il catalogo è questo. Donna Elvira, ofendida, se va.

Un grupo de campesinos celebra la boda de Masetto y Zerlina, Giovinette che fate all’amore. Don Giovanni los encuentra y, viendo la belleza de la novia, la toma bajo su protección. De paso, echa a Masetto, que se va lleno de rabia, La ci daremos la mano. Aparece de repente Donna Elvira, que arrebata a Zerlina de las manos del seductor, Ah, fuggi il traditor. Llegan también Donna Anna y Don Ottavio, que explican a Don Giovanni lo ocurrido y le piden ayuda, algo que Don Giovanni les promete. Vuelve Donna Elvira, que pone a la pareja en guardia contra Don Giovanni, mientras éste les dice que está loca, Non ti fidar. Donna Elvira se va, seguida por Don Giovanni. Acto seguido Donna Anna reconoce, por la voz, a éste como el asesino de su padre. Vuelve a clamar venganza, Don Ottavio, son morta… Or sai chi l’onore. Don Ottavio queda solo y manifiesta sus dudas por el hecho de que un hidalgo haya hecho lo que su promesa dice, pero reafirma su amor por ella, Dalla sua pace.

Vuelve Don Giovanni, acompañado por Leporello que explica al patrón que todos los campesinos están en su casa, de fiesta, y que se ha quitado de encima a Donna Elvira. Don Giovanni, eufórico, piensa ya en una noche llena de conquistas, Fin ch’han dal vino.

Masetto está enfadado con Zerlina. Ésta intenta reconciliarse y le pide que le pegue, Batti, batti… Cuando sienten llegar Don Giovanni, se esconden, pero éste ve a la chica y la persigue. Al ver a Masetto lo deja estar y les invita a la fiesta en su palacio.

Llegan al palacio, con máscaras, Donna Elvira, Donna Anna y Don Ottavio con deseos de venganza, Bisogna aver coraggio.

La fiesta ha empezado y todos bailan. Las tres máscaras son invitadas a entrar.

Mientras bailan, Don Giovanni se lleva a Zerlina a otro cuarto para seducirla. La chica llama y todos los presentes acuden a ayudarle. Don Giovanni sale simulando que el agresor ha sido Leporello y quiere matarlo, pero las tres máscaras le detienen, dándose a conocer diciendo que ya saben toda la verdad. Don Giovanni ha sido descubierto, pero a pesar de que todos le acusan y le rodean, afirma rotundamente que nada le da miedo y consigue escabullirse seguido por Leporello. Trema, trema, o scellerato!.

 

Acto II

Leporello no está nada contento con Don Giovanni y quiere dejarlo Eh, via buffone! El patrón le convence de lo contrario dándole más dinero. Luego sigue con su plan de seducciones: ahora le interesa la doncella de Donna Elvira. Para obtener los favores los dos hombres cambian los vestidos y sacan a Donna Elvira de su casa. Ah, taci, ingiusto core! Ella se va con Leporello pensando que es Don Giovanni y éste canta una serenata a la doncella bajo el balcón, Deh vieni alla finestra. Es interrumpido por Masetto y otros campesinos que le buscan para matarle. Don Giovanni, haciéndose pasar por Leporello, simula que se une a ellos y les maneja en diferentes direcciones, quedando él solo con Masetto, Metà di voi qua vadano, lo que aprovecha para darle una buena paliza. Masetto queda malherido. Sin embargo, aparece Zerlina, que promete cuidarlo y curarlo de una forma muy especial, Vedrai, carino.

En otro lado encontramos a Donna Elvira y Leporello, Sola, suela in buio loco. Llegan Donna Anna y Don Ottavio y también Zerlina y Masetto. Creyendo todos que Leporello es Don Giovanni, quieren castigarlo de mala manera, a pesar de las súplicas de Donna Elvira. El criado, muerto de miedo, se da a conocer y todos quedan estupefactos. Leporello, viendo que van por él, pide piedad, Ah, pietà, signori miei, y finalmente se escapa. Don Ottavio quiere hacer las cosas bien hechas y anuncia que expondrá el caso a la justicia, Il mio tesoro intanto. Donna Elvira, desesperada al verse nuevamente burlada por Don Giovanni, de quien está muy enamorada, manifiesta su contraste de sentimientos: venganza y amor a la vez, In quali eccesi… Mi tradi…

Don Giovanni y Leporello se reencuentran en el cementerio. Aquel explica al siervo con toda despreocupación todas las conquistas que ha hecho desde que se han dejado. De repente, una voz de ultratumba le dice que dejará de reír antes de que se haga de día. Quien ha hablado no es otro que la estatua del Commendatore. Don Giovanni, furioso, ordena a Leporello que invite a la estatua a cenar, algo que el criado consigue hacer apenas, ya que está muerto de miedo, O statua gentilissima. La estatua acepta la invitación.

En casa de Donna Anna, Don Ottavio le pide tranquilidad y que se casen ya. Ella le dice que aún no y que no la presione, Crudele. Non mi dir, bell’idol mio.

En el palacio de Don Giovanni todo está listo para cenar, Già la mensa è preparata. Don Giovanni entra y comienza a comer y Leporello le imita a escondidas, mientras una pequeña orquesta toca los temas de moda. Llega Donna Elvira para hacer un último intento por salvar a Don Giovanni, L’ultima prova dell’amor mio. Éste no quiere saber nada y la invita a cenar. La mujer, desesperada, huye. Cuando ha salido da un chillido y Don Giovanni envía a Leporello a ver qué pasa. El criado también grita y vuelve asustado: está llegando la estatua del Commendatore, que llama a la puerta. Leporello se esconde y Don Giovanni debe abrir él mismo. La estatua entra y le dice que ha cumplido y que ahora es él quien le invita a cenar, Don Giovanni, a cenar teco m’invitasti. El libertino dice que no es un cobarde y lo acepta. Se dan la mano y Don Giovanni queda helado: es el frío de la muerte. La estatua y un corazón de espíritus infernales le exhortan al arrepentimiento antes de que sea demasiado tarde. Don Giovanni, firme hasta el final, se niega y es tragado por el infierno.

Llegan Donna Anna, Donna Elvira, Don Ottavio, Zerlina y Masetto. Ah! Dove è il perfido. Vienen a buscar a Don Giovanni para llevarlo a la justicia. No le encuentran y Leporello les cuenta lo ocurrido. Todos manifiestan su alegría por el castigo del libertino y acaban cantando una estrofa sobre la mala vida:

“Questo è il fin di chi fa mal! E de’ perfidi la morte alla vita è sempre ugual”.

(“¡He aquí el fin del malvado! La muerte de los pérfidos siempre es igual a su vida”).