El Orgullu Pasiegu vuelve a San Roque de Riomiera para celebrar la identidad de los valles
Una jornada única para reivindicar las tradiciones, juegos y costumbres de la Pasieguería, entre deporte, música y gastronomía
San Roque de Riomiera volverá a llenarse de vida, color y raíces con una nueva edición del Orgullu Pasiegu, una fiesta que celebra la identidad de los valles pasiegos y el orgullo de pertenecer a una de las zonas más singulares de Cantabria.
Junto a Vega de Pas y San Pedro del Romeral, esta localidad forma parte de las conocidas Tres Villas Pasiegas, territorio de costumbres centenarias, paisajes únicos y tradiciones que se resisten a desaparecer. Precisamente eso es lo que se celebra: la forma de vida pasiega y todo lo que la hace especial.
Una fiesta con trajes, música tradicional y juventud con raíces
Desde hace ya diez años, el Orgullo Pasiegu reúne a vecinos y visitantes de toda la región. La juventud se viste con los trajes típicos, suenan las panderetas, los piteros marcan el ritmo y se revive, por un día, el alma más auténtica del valle.
Además, se pone en valor el patrimonio inmaterial a través de juegos tradicionales y encuentros deportivos únicos, recuperando prácticas que han pasado de generación en generación.
¿Sabes lo que es mudar el palo?
El deporte pasiego por excelencia tiene como protagonista al palo pasiego, una vara de avellano de casi dos metros, declarada Bien de Interés Etnográfico. Originalmente servía para moverse por las fincas, cruzar arroyos o saltar muros. Hoy, se transforma en juegos deportivos espectaculares:
-
El salto pasiego, similar a la pértiga.
-
Mudar el palo, una prueba de fuerza y técnica.
-
Andar el palo, donde el mozo se desplaza subido al palo verticalmente.
-
Rayar con el palo, mezcla de equilibrio y precisión.
Y no podía faltar el bolo pasiego, con sus propias variantes locales, donde la puntería y la potencia lo son todo.
Deporte, folklore, relinchos y buena comida
El Orgullu Pasiegu no es solo deporte y tradición: es una gran fiesta rural, con un ambiente acogedor y festivo. Hay concursos de ordeño, concurso de relinchos, canciones montañesas y, por supuesto, verbena hasta que el cuerpo aguante.
La comida también es protagonista.